La situación excepcional de confinamiento debido al Covid-19 en la que nos encontramos actualmente afecta directamente a toda la población, pero existe la posibilidad de que su impacto se intensifique en personas que sufren de algún trastorno mental, como lo es el Trastorno de la Conducta Alimentaria.
La sintomatología presente en todas las variantes del TCA puede verse más afectada de lo normal, ya que existe un cambio evidente en las rutinas y en la estabilidad que estas proporcionan.
Por otro lado, la interacción familiar constante también puede sufrir las consecuencias de esta situación poco natural que atravesamos, pudiendo surgir mayor desconfianza en relación a los alimentos que se preparan en casa, o mayores niveles de ansiedad e irritabilidad.
Esto puede traducirse en un miedo irracional a engordar por la falta de actividad física, mayor miedo a ingerir ciertos tipos de alimentos que consideren más calóricos y aumento de la restricción de estos, pensamientos rumiativos sobre como será el reencuentro con su entorno social, y como serán vistos en estos, crisis de ansiedad/angustia que pueden agudizar la sobreingesta de alimentos, aumento de pensamientos compensatorios y en algunos casos la puesta en práctica de conductas tales como la hiperactividad, el vómito, etc.
Además, es probable que anímicamente pueda aparecer alguna desestabilización a lo largo de estos días: a nivel emocional, es probable que se intensifiquen emociones ya presentes asociadas al TCA, como altos niveles de ansiedad, irritabilidad, apatía, estado de ánimo bajo y preocupaciones excesivas, ya que se añaden inquietudes entorno al Covid-19 que la población general también esta sufriendo. Esto puede darse en forma de pensamientos obsesivos e intrusivos en relación al pánico a subir de peso y miedo a la comida. La incertidumbre y la sensación de perdida de control son situaciones que nos afectan a todos y especialmente al paciente con trastorno alimentario, en el que la necesidad patológica de control son los ejes de la vida.
La tendencia al aislamiento, a la soledad como manejo del malestar son más difíciles de abordar desde esta situación de confinamiento.
Aunque las herramientas necesarias para gestionar esta carga emocional se ven reducidas por permanecer en casa, desde SETCA proponemos las siguientes pautas para facilitar el bienestar emocional y favorecer el cuidado tanto físico como psicológico:
– Es recomendable seguir una alimentación equilibrada, con toda variedad de alimentos y con un horario estructurado. Os recomendamos hacer 5 ingestas completas al día. Hacer las ingestas en familia, sin pantallas. Sin noticias. Intentar que la comida sea un momento lo más relajado posible.
– No controles tu peso a diario ni chequees tu cuerpo para observar los mínimos cambios que puedas imaginar.
– Regula el flujo de información que recibes a través de los medios de comunicación y redes sociales.
– Para favorecer la “oxigenación mental”, se recomienda realizar actividad física suave, diariamente (del estilo del yoga, estiramientos o rutinas de ejercicios no muy exigentes…) acompañado de algún familiar que pueda compartir esta actividad.
– Organiza bien tu día: es importante realizar un horario semanal donde estructures bien los horarios de todas las ingestas que haces, dediques un espacio a las tareas académicas o laborales, tiempo para el auto-cuidado y especialmente a realizar actividades con las que disfrutes.
– Busca actividades que te relajen y te distraigan, donde puedas descansar la mente y dejar de lado los pensamientos obsesivos en relación al cuerpo y la comida. Puedes encontrar la que te sea de más utilidad (pintura, dibujo, mandalas, lectura, música, escritura…)
– Haz el ejercicio de poner atención a cómo te estas sintiendo a nivel emocional: para ello, es recomendable practicar meditación o relajación que ayuden a disminuir los niveles de ansiedad y estrés, y con el objetivo de conectar contigo mismo. En momentos de picos de ansiedad, practica respiraciones profundas y busca alguna actividad para distraerte, preferiblemente estando acompañado.
– Interactúa con las personas con las que estas conviviendo: es importante que busques un espacio para hablar sobre tus preocupaciones y sobre como te sientes, escuchando también sus puntos de vista. Intenta favorecer la comunicación y distraerte con su ayuda, mediante juegos, películas o actividades en común.
– Cuida tu entorno social mediante videollamadas o aplicaciones online donde puedas jugar en grupo. No te aísles ni te silencies, habla, comparte, conecta.
¡MUCHO ÁNIMO!